Tradicionalmente, los neurocirujanos han realizado operaciones abiertas a aquellos pacientes que necesitaban pasar por quirófano. Sin embargo, el avance de la tecnología y la aplicación de nuevas técnicas ha permitido el desarrollo de la cirugía mínimamente invasiva.
Para que conozcas qué es la cirugía mínimamente invasiva, qué ventajas tiene y todos los detalles que te interesa conocer sobre este tipo de intervención, hemos preparado este artículo. ¿Nos acompañas?
¿Qué es la cirugía mínimamente invasiva?
La cirugía mínimamente invasiva es un conjunto de técnicas quirúrgicas que permiten acceder a la zona que debe ser intervenida (lumbares, cervicales, cráneo…) con la menor afectación a los tejidos blandos (músculos y ligamentos).
Históricamente, el principal problema que planteaban las cirugías abiertas eran la cantidad de incisiones que debían hacerse para llegar a una zona del cuerpo. Con ello, la operación era más larga y se producían más cicatrices.
Gracias a la cirugía mínimamente invasiva, estos problemas que implican a la operación y al postoperatorio se reducen en gran medida. Por este motivo, es un tipo de intervención muy utilizada en neurocirugía por sus múltiples beneficios.
¿Qué ventajas tiene la cirugía mínimamente invasiva?
En comparación con las operaciones tradicionales, la cirugía mínimamente invasiva presenta las siguientes ventajas:
- Menos estancia en el hospital tras la cirugía.
- Menor dolor durante el postoperatorio..
- Menor necesidad de analgésicos.
- Mejor estado de los tejidos blandos tras la operación.
- Mejor recuperación.
- Mejor resultado estético, al haber menos cicatrices y más pequeñas.
En lo referido al campo médico, algunas de las ventajas de la cirugía mínimamente invasiva es que el tiempo durante el que transcurre la intervención se reduce y también lo hace la pérdida de sangre del paciente, necesitando menos transfusiones.
Asimismo, en algunos tipos de operaciones en las que se aplica cirugía mínimamente invasiva,pueden no requerir de una cirugía de estabilización después de tratar la enfermedad inicial.
Es importante entender que cada operación y caso son diferentes y, en última instancia, lo que cuenta es el criterio del profesional de neurocirugía que trate al paciente en cuestión.
¿Qué patologías trata la cirugía mínimamente invasiva?
En primera instancia, cualquier enfermedad de la columna vertebral puede tratarse a través de una cirugía mínimamente invasiva. Aunque es importante resaltar que en la neurocirugía, como en otros campos, cada caso es un mundo y es preciso revisar el historial de cada paciente antes de proponerle un tipo de operación u otra.
Así, existen patologías que son tratadas de manera muy común a través de cirugía mínimamente invasiva:
- Hernias discales (lumbar y cervical)
- Estenosis de canal (lumbar y cervical)
- Espondilolistesis lumbar
- Fracturas vertebrales
- Lumbociatalgias
Sin embargo, la lista es mucho más extensa. Aquí te dejamos otros ejemplos de patologías que pueden ser tratadas a través de cirugía mínimamente invasiva:
- Tumores vertebrales
- Tumores espinales intradurales
- Hernias discales torácicas
- Quistes medulares
- Escoliosis
¿Qué personas se pueden beneficiar de la cirugía mínimamente invasiva?
Cualquier persona puede conseguir los beneficios que aporta la cirugía mínimamente invasiva. De hecho, los pacientes de la tercera edad que padecen de enfermedades que les impedirían ser operados a través de una intervención abierta podrán ser intervenidos gracias a la cirugía mínimamente invasiva.
Patologías como lumbalgia, hernia discal, estenosis del canal lumbar o escoliosis, entre otras, afectan a más del 55% de personas entre los 70 y 75 años. Cuando el tratamiento conservador (analgésicos, otros fármacos o fisioterapia) no surte efecto, las técnicas que la CMI son las más elegidas para las personas mayores por sus múltiples beneficios.
Generalmente, el que pueda o no tener lugar la operación depende de dos factores: el historial clínico del paciente y de la disponibilidad dentro del área de neurocirugía del instrumental y equipamiento necesarios.
Desde EGP Neurocirugía trabajamos con centros que cuentan con el mejor instrumental y equipamiento para la aplicación de técnicas relacionadas con la cirugía mínimamente invasiva (como la endoscopia biportal de columna, por ejemplo).
¿En qué consiste la cirugía mínimamente invasiva?
Al igual que en el resto de operaciones, todo parte con una primera incisión. Sin embargo, una de las peculiaridades de este tipo de intervención es que dicha incisión suele tener unos 15 milímetros de ancho.
A través de esta ínfima cánula se introduce una óptica, junto al resto del equipamiento en cada momento de la cirugía, a través de la cual el neurocirujano puede visualizar de manera amplia y detallada la zona a tratar.
Desde este momento, el profesional de neurocirugía tratará la patología del paciente sin realizar disecciones innecesarias ni alargar el tiempo en el que permanece en quirófano.
Preoperatorio
Su médico le recomendará realizar una operación cuando tenga claro que no existe un tratamiento conservador u otra opción de solucionar su problema de salud de otra manera.
En un principio, deberá pasar por consulta en una o varias ocasiones para explicar sus síntomas, las zonas donde sufre dolor, etcétera. El doctor también podrá preguntarle cuestiones relacionadas con su historial médico para contar con toda la información necesaria antes de considerar cuál es la mejor opción para su caso.
Tiempo antes de adentrarse en quirófano, el neurocirujano pedirá pruebas como una resonancia magnética nuclear (RMN) o tomografía axial computerizada (TAC). Gracias a este tipo de pruebas, contarán con toda la información necesaria que, de manera precisa, les permitirá estudiar todos los detalles de la cirugía.
Postoperatorio
Gracias a las ventajas de la cirugía mínimamente invasiva el paciente permanecerá mucho menos tiempo en el hospital tras la intervención quirúrgica. En general, 24 horas tras salir del quirófano el paciente puede volver a su casa. Durante ese tiempo, los profesionales de neurocirugía valorarán el resultado de la operación.
La recuperación, al igual que la rehabilitación, durante el postoperatorio es mucho mejor gracias a estas nuevas técnicas. Con todo, deberá seguir las indicaciones que le marque el profesional de la salud que trate su caso.
No debemos olvidar que, al fin y al cabo, aunque note una recuperación rápida, ha pasado por un quirófano. Por ello es recomendable evitar el deporte o cualquier actividad que le requiera un esfuerzo físico durante las semanas que estime el neurocirujano que le ha tratado.
Cabe destacar que al volver a casa notará unos resultados a corto plazo de manera rápida y satisfactoria. Es por ello que tanto neurocirujanos como pacientes apuestan siempre que pueden por este tipo de cirugía.
One Response
Impresionante,
Ojalá estuviese al alcance de todos y sobre todo en la sanidad .