El término “espondilolistesis” es desconocido para el público general, aunque es una afección de la columna vertebral más común de lo que podemos pensar. De hecho, es una de las patologías de la neurocirugía que más se tratan en quirófano.
Como tal, la espondilolistesis es una causa común del dolor de espalda en adolescentes, cuando todavía se encuentran en la etapa de crecimiento. Por otra parte, la espondilolistesis degenerativa empieza a aparecer pasados los 40 años.
Con el objetivo de que aprendas qué es la espondilolistesis, cuáles son sus causas, síntomas y cuál es su tratamiento, entre otra información que te puede interesar, hemos preparado este artículo. ¡No te pierdas ni un detalle!
Qué es la espondilolistesis
La espondilolistesis es una afección de la columna vertebral en la cual se produce el desplazamiento de una vértebra sobre otra. Dependiendo de hacia dónde se desplace la vértebra podemos hablar de anterolistesis (movimiento hacia adelante) o retrolistesis (si es hacia atrás). Cabe destacar que la anterolistesis es el desplazamiento más generalizado.
Aunque puede aparecer en cualquier parte de la columna vertebral, la espondilolistesis es más común en la zona lumbar y, en menor medida, en la cervical. Dependiendo del caso, puede ser inicialmente asintomática o causar dolor e incluso estenosis de canal (estrechamiento del canal raquídeo que provoca una presión sobre diferentes nervios).
Generalmente, la espondilolistesis afecta de manera más común a las vértebras L3-L4, L4-L5 y L5-S1. Es decir, a la zona más baja de la columna vertebral.
Tipos de espondilolistesis
Existen cuatro tipos o grados de esta afección de la columna vertebral. Dependiendo del grado del deslizamiento se clasifica del I al IV.
- Grado I: Deslizamiento de la vértebra del 1% al 25%
- Grado II: Deslizamiento del 36% al 50%
- Grado III: Deslizamiento del 51% al 75%
- Grado IV: Deslizamiento del 76% al 100%
En general, los pacientes que han sido diagnosticados con una espondilolistesis de grado I o II suelen ser tratados de manera conservadora, a través de fármacos recetados por su médico y rehabilitación guiada.
Por contrapartida, las personas que sufren un deslizamiento de grado III o IV pueden necesitar pasar por quirófano, de tratarse de una patología persistente o que les hace sentir dolor.
Causas de la espondilolistesis
Existen cinco clasificaciones diferentes de esta patología, atendiendo a la causa que produce su aparición:
- Congénita: Está presente desde el nacimiento y es provocada por agenesia de la carilla articular superior. Es decir, por la imposibilidad o deficiencia del desarrollo de la superficie cartilaginosa situada entre las vértebras.
- Ístmica: Causada por un defecto en la parte interarticular. A esto también se le conoce como espondilolisis (debilidad en una zona de la vértebra que provoca una sujeción insuficiente, con el consiguiente deslizamiento).
- Degenerativa: Producida por una degeneración articular. En estos casos, uno de los factores es la edad y, por ello, se le asocia con artrosis.
- Traumática: Aparece cuando la persona ha sufrido alguna fractura, luxación u otra lesión causada por un golpe fuerte (traumatismo).
- Patológica: Es la menos común, pues su causa es la infección, la existencia de cáncer u otras anomalías óseas.
Dentro de estos tipos, la ístmica y la degenerativa, son los casos más comunes que pasan por las consultas y los quirófanos de neurocirugía.
Síntomas de la espondilolistesis
Uno de los síntomas más comunes en las personas que sufren de espondilolistesis es el dolor de espalda. Concretamente, este dolor en la columna vertebral se irradia por la zona inferior de la espalda. Asimismo, esta afección puede provocar espasmos musculares o tensión en la cara anterior de los muslos (isquiotibiales).
Además, el desplazamiento de la vértebra puede llegar a comprimir el nervio ciático, por lo que el dolor puede llegar a extenderse a lo largo de la pierna hasta el pie, causando hormigueo o sensación de entumecimiento.
La otra cara de la moneda la muestran los pacientes asintomáticos. Aquellos que, pese a padecer de este desplazamiento vertebral, no sienten dolor ni muestran síntoma alguno. Sin embargo, este grupo lo conforma una minoría. En este caso, los pacientes no saben que padecen esta enfermedad, aunque los síntomas pueden aparecer con el paso del tiempo.
En ciertos casos -que no comprenden la mayoría de los que llegan a las consultas- se observan síntomas como el abdomen ligeramente sobresalido, una apariencia más corta de lo normal del torso y una forma de andar extraña, con las rodillas semiflexionadas permanentemente.
Diagnóstico de la espondilolistesis
Como has comprobado, los síntomas son comunes y pueden confundirse con otras afecciones de espalda, ¿verdad?. Para poder realizar un diagnóstico que acote si su caso se trata de espondilolistesis, el especialista en neurocirugía pedirá una serie de pruebas para comprobarlo.
Inicialmente, su médico revisará su historia clínica, principalmente en lo referido a sus síntomas actuales para saber cuál puede ser su causa. Tras ello, le realizará un examen físico que arrojará luz a su caso en cuestiones como el rango de movimiento, flexibilidad, si sufre de debilidad muscular, etcétera.
Entre las pruebas más comunes están la radiografía lumbar lateral, la resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía computarizada (TAC). Estas dos últimas pruebas son utilizadas ya que el especialista en neurocirugía puede comprobar claramente a través de ellas si los huesos o los nervios están comprometidos y, en caso de ser así, en qué grado.
Tratamiento de la espondilolistesis
Dependiendo del grado de desplazamiento que se haya producido en las vértebras -así como de la historia clínica del paciente y de otros factores de relevancia- el tratamiento sugerido será diferente.
Inicialmente, suele proponerse a los pacientes un tratamiento conservador a través de fármacos prescritos por su médico y ejercicio físico de baja intensidad que permita reforzar la musculatura de la espalda.
Si el dolor que le produce la espondilolistesis al paciente es insoportable, haya provocado un déficit en el movimiento o ya haya pasado por un tratamiento conservador y los síntomas no remiten, se propondrá una intervención quirúrgica.
Generalmente, a la hora de realizar una cirugía para tratar esta afección se practica una descompresión del canal lumbar. Esto es así debido a que las articulaciones facetarias y sus tejidos adyacentes se hipertrofian o, en su defecto, que existe una estenosis de canal unida a la espondilolistesis.
Cirugía mínimamente invasiva de espondilolistesis
En el caso de que deba pasar por quirófano para tratar su afección de columna, es recomendable que acuda a un especialista en neurocirugía que pueda practicarle una cirugía mínimamente invasiva.
Entre los múltiples beneficios de esta técnica, se encuentra la rápida recuperación del paciente, la poca estancia en el hospital tras su cirugía y una mejor rehabilitación.
En EGP Neurocirugía llevamos años realizando esta operación a través de cirugía mínimamente invasiva para que los pacientes vuelvan a una vida sana y feliz.
¿Puede prevenirse la espondilolistesis?
Como tal, esta patología no puede prevenirse. Pese a que no sea una enfermedad hereditaria, es una patología que responde a causas ajenas al control de la persona.
Sin embargo, si podemos mantener buenos hábitos de higiene postural que, si bien no podrán prevenir esta afección, nos brindarán una mejor salud en lo referido a nuestra espalda.
Además, los buenos hábitos en lo referido a la postura hará que sea más improbable sufrir otras dolencias de la columna vertebral.