La lumbociatalgia, también conocida como lumbociática, es una afección de la columna lumbar causada por la inflamación o compresión de las raíces del nervio lumbosacro, que componen el nervio ciático.
Al verse afectado este nervio, la persona sufre un dolor irradiado desde la zona lumbar hacia la cadera, glúteos y piernas. Este dolor puede llegar a ser tan intenso que se convierte en limitante a la hora de desarrollar actividades cotidianas. En ciertos casos se asocia con hernias de disco o estenosis de canal lumbar, que son tratadas por un neurocirujano.
En este artículo te mostraremos los tipos de lumbociatalgia, sus posibles causas, los síntomas que presenta y los diferentes tipos de tratamiento que existen.
¿Qué es la lumbociatalgia?
La lumbociatalgia es un trastorno caracterizado por la presencia de un dolor en la zona lumbar que se irradia hacia una o ambas piernas, tras pasar por la cadera y el glúteo. Este dolor aparece tras producirse una inflamación o compresión de las raíces nerviosas; dependiendo de en qué punto suceda, el dolor es diferente.
- Compresión de L2-L3: Produce dolor en la zona superior del interior del muslo.
- L4 afectada: En este caso, el dolor se extiende a la cara anterior de la rodilla. Puede aplicarse a ambas dependiendo si el dolor está irradiado a ambas piernas o no.
- Compresión de L5-S1: Produce dolor en la zona lateral y posterior de la pierna. En este caso, puede llegar hasta el tobillo o hasta los dedos de los pies.
Tipos de lumbociatalgia
Las lumbociatalgias, generalmente, pueden clasificarse según el tiempo durante el cual la persona sufre de esta afección:
- Lumbociatalgia aguda: Desaparece en días o en pocas semanas. Este tipo suele evolucionar tras sufrir una dolencia intensa irradiada al tren inferior cuyo tiempo de duración no suele exceder las dos semanas. Tras ello, existe un período de recuperación que suele resolverse entre el primer y tercer mes.
- Lumbociatalgia crónica: Persiste durante más de tres meses. Suele diagnosticarse tras iniciar un tratamiento conservador y, en ocasiones, puede implicar una intervención quirúrgica por parte de un neurocirujano/a.
Síntomas comunes de la lumbociatalgia
La lumbociatalgia se manifiesta inicialmente a través de un dolor en la región lumbar, similar a una presión o punzada en la espalda. Esto suele suceder debido, generalmente, a los espasmos musculares que aparecen como mecanismo de defensa para evitar un daño mayor.
Tras esto, el dolor se irradia hacia el glúteo y muslo, pudiendo llegar al pie, dependiendo del caso en concreto. En este sentido, la irradiación depende de la raíz nerviosa comprimida en concreto (tal como explicamos anteriormente). En general, el dolor es constante y se vuelve agudo a través del movimiento.
Esto puede hacer que una persona camine coja o con la columna flexionada lateralmente al lado contrario de la lesión. Se trata de una respuesta instintiva para evitar situaciones dolorosas de nuevo, sin embargo, puede llegar a provocar contracturas y otras lesiones si estos hábitos se prolongan en el tiempo.
Generalmente, encontramos estos síntomas ante la lumbociatalgia:
- Dolor localizado en la región lumbar.
- Dificultad o incapacidad para agacharse.
- Hormigueo y debilidad en una o ambas piernas, siguiendo el recorrido del nervio ciático
- Sensación de rigidez en el torso y el tren inferior.
Causas de la lumbociatalgia
La causa más común de las lumbociatalgias es la hernia de disco intervertebral (entre L4-L5 y L5-S1) tras una compresión de la raíz nerviosa. Asimismo, los traumatismos, esfuerzos excesivos y una incorrecta postura son causas que favorecen la aparición de esta lesión.
Junto a ello, tanto la debilidad de la musculatura lumbar como el exceso de tono de la misma pueden producirla.
Por una parte, si contamos con una musculatura lumbar débil, esta zona será menos resistente a traumatismos, cargas de peso, sobreesfuerzos, etcétera, y por ende más propensa a padecer esta lesión.
Por otra parte, un exceso de tono en la musculatura lumbar produce una sobrecarga de peso en la columna y las raíces nerviosas intervertebrales. Con ello, es más probable que se produzca una compresión de los nervios que derive en una lumbociatalgia.
Además, existen otras muchas causas que afectan al nervio ciático, como condiciones ergonómicas inadecuadas, contracturas musculares mantenidas durante el tiempo, patologías de los ligamentos o alteraciones en la curvatura de la columna.
Tratamiento para la lumbociatalgia
Generalmente, el tratamiento de esta lesión suele ser conservador. A través de fisioterapia y, dependiendo del caso, la toma de analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor puede reducirse el efecto de los síntomas.
Con ello, los tratamientos conservadores también implican una rutina de corrección postural, técnicas de relajación y la aplicación de calor seco. Esto sirve, además de para reducir la sintomatología, para prevenir la aparición de una lumbociatalgia crónica.
Existen casos en los que la única opción es realizar un tratamiento quirúrgico, si el conserador no ha surtido el efecto deseado, a través de una operación llevada a cabo por un neurocirujano.
En este sentido, en EGP Neurocirugía contamos con técnicas poco invasivas que aplicamos a pacientes que sufren de hernia discal o estenosis del canal lumbar, entre otras lesiones, para una mejor recuperación y un post-operatorio más liviano.
Pruebas complementarias del tratamiento
Si acude a un médico de atención primaria, a un traumatólogo, a un reumatólogo o a un neurocirujano, es posible que pida alguna de estas pruebas para contar con más información de su caso:
- Resonancia magnética nuclear: Se utiliza para realizar un estudio de las alteraciones de las partes blandas de la espalda (en concreto, los discos intervertebrales).
- TAC: Esta prueba se emplea para comprobar, de una manera más completa, si se sospecha la existencia de una estenosis de canal lumbar, fractura vertebral…
- Gammagrafía ósea: Puede aplicarse si el neurocirujano/a sospecha de la existencia de una fractura o tumor que no puede ser visto en una radiografía.
- Estudios electromiográficos: Se utilizan para valorar la función de los nervios cuando existe un déficit neurológico severo o progresivo.
- Radiografía lumbosacra: Para valorar la estructura ósea del paciente.
Preguntas frecuentes
¿En qué se diferencia una lumbalgia y una lumbociatalgia?
En resumen, una lumbociatalgia es una compresión de la raíz de un nervio intervertebral. Podríamos decir que es una mezcla entre lumbalgia y una ciática. La lumbalgia, por su parte, es el dolor localizado en la parte inferior o baja de la espalda, cuyo origen tiene que ver con la estructura músculo-esquelética de la columna vertebral.
En este artículo puedes descubrir, de manera más ampliada, todo lo que te interesa saber sobre la lumbalgia.
En el siguiente vídeo podrás ver de manera más amplia las diferencias entre estas dos lesiones.
¿Qué es L2-L3 y L5-S1?
Al principio de este artículo mencionamos la compresión de los nervios entre L2-L3, L3-L4, L4-L5 y L5-S1. Por el contexto general, comprenderás que las “L” se tratan de las diferentes vértebras lumbares. De esta manera, el número indica de qué vértebra se trata. Por su parte, la S1 es la primera vértebra del sacro.
En total, a lo largo de nuestra columna contamos con 33 vértebras: 7 cervicales, 12 torácicas, 5 lumbares, 5 fusionadas en el sacro y 4 fusionadas en el coxis.
¿Qué es la ciática?
La ciática es un dolor que surge en la región lumbar y viaja -o se irradia- hacia la cadera, glúteos y piernas. En definitiva, un dolor que pasa a lo largo de todo el nervio ciático. En este artículo podrás descubrir todos los detalles sobre la ciática.
¿La lumbociatalgia requiere de neurocirugía?
Dependiendo del caso, puede ser o no necesaria una intervención quirúrgica. Si bien es el neurocirujano quien se encarga de operar lumbociatalgias graves y dolencias similares, al acudir a un médico generalmente le referirán a un tratamiento conservador.
En el caso de que el tratamiento conservador no resultara y los síntomas continuaran estando ahí, es posible que sea el momento de que el neurocirujano realice una intervención. Por suerte, esta lesión es común y existen técnicas poco invasivas dentro del campo de la neurocirugía que permiten post-operatorios rápidos y livianos.
3 Responses
Gracias, he buscado información sobre esto desde hace tiempo
Muchas gracias.
Ahora me doy cuenta de todos lo errores médicos que llevo sufriendo en dos años es vergonzoso.
Tanto en la privada como en la publica.
¡Gracias por tu comentario Ana!
Si tienes cualquier duda, no dudes en ponerte en contacto con nosotros para agendarte una consulta con la Dra. Elsa González, ya sea de forma presencial u online.
De igual manera, queremos seguir recordándote que cada paciente y caso es un mundo, por lo que estos artículos son meramente informativos. Siempre debemos hacer caso al consejo del profesional encargado de nuestro caso, pues es éste quien dispone de todos los datos para realizar un diagnóstico y aplicar el tratamiento que considere más adecuado.
Esperamos que te encuentres bien y que tengas una buena semana.
Un cordial saludo.
Redacción EGP Neurocirugía